viernes, 20 de marzo de 2009

CURSO DOS DE CHAMUYO. POR NERY CARDOZO

















El Filósofo (16%)
Requisitos: 900 palabras castellanas en el vocabulario y ganas de hablar boludeces.
Acá llegó la hora de la verdad.
Este es selecto: si tu lengua no hace karate, ni lo intentes. Hay que ser rápido y tu léxico tiene que ser nutrido.
Acá primero tenés que entablar conversación. No te voy a enseñar cómo.
De cualquier manera. Este chamuyo es profundo. Para llevarlo a cabo la mina tiene que, por lo menos, querer hablar con vos. Tal vez no le parecés un símbolo sexual. Pero algo en vos le interesa. Hay que usar ese punto. En cierto momento de la charla, comenzás a hablarle de la vida.
Ahí va una muestra gratis:

“Pasa que acá la gente está confundida.

"Con el solo hecho de ver el sol cada mañana deberíamos ser felices, ¿para qué el dinero?”
“Yo creo que la vida es simplemente la vida, y si continúa o no es sencillamente irrelevante. ¿Coincidís conmigo?” “Mi vida pasa más por encontrar el amor verdadero que por tener pequeños encuentros cuasi sexuales.
¿Para qué, si no me dejan recuerdos vívidos para rememorar?”
Dicho con el tono adecuado, y con la mina adecuada enfrente, puede funcionar.

Atención que hay dos peligros.
A) Hay peligro de enamoramiento (de parte de ella, más bien. Vos sos un chamuyero).
B) Hay peligro de bagarto.

Las lindas casi nunca se fijan en si sos inteligente o no. Atenti la tosca.
Calificación: extraño. Si llegaste a utilizarlo es posible que funcione.

El Directo (25%)
Requisitos: ser directo, je. Y tener un poco de alcohol en la sangre facilitaría las cosas. Simple, concreto. Directo, en fin.
Entrás al boliche, o en la parte de afuera, o en cualquier lugar con mujeres, te acercás y le decís directamente lo que querés hacer con ella.

Ejemplos:
“Que tal. ¿Me harías el favor de chaparme?”
Dame un beso” “CHAPAMEEEE” (este tal vez es un poco zafado). No pienses que la mina te va a chapar ahí nomás, no. Es muy difícil, tal vez no existe la posibilidad. Pero bien hecho, podés resultar simpático (sobretodo porque generalmente la gente que está alrededor se ríe de tu caradurez) y entrarle por ese lado. Tenés chances.
Calificación: Simpático. Jugado pero puede funcar.


El Romántico (30%)

Requisitos: tener a mano un diccionario lleno de grasadas. Y ser un Sergio Denis cualquiera. Este es especial. Casi no se registran casos en que las minas se enojen. En el peor de los casos, la mina se rie y te hace una cara tierna. O al menos se rie de lo boludo que sos. Es difícil que caiga mal en la presa. Aún así, tampoco es infalible ni mucho menos. Son bajos los casos en los que ganás con este chamuyo. Pero vale la pena intentarlo. La idea principal es simular que estás enamorado de ella. Es totalmente inverosímil pero tal vez la conquiste tu simpatía. Tu tono es importante.


Ejemplos:

“Sos o no sos? Si, sos el amor de mi vida”
“Disculpame pero creo que me enamoré”
“En mi vida había visto algo tan lindo”
Y demás cosas grasas. Si la mina es cursi, es casi tuya.
Caso contrario, asegurate de que se note que estás jodiendo. Bien hecho es un chamuyo muy aceptable.


Calificación: algo cursi. Peligroso en ese sentido pero puede que ande, si lo hacés bien.

El Gentilicio (55%)
Requisitos: imitar bien alguna tonada. Tal vez estemos hablando del más mítico y simpático de los chamuyos. Aún así, no deja de ser absolutamente simplón.
Ojo: al mismo tiempo es jodido. Consiste en elegir una nacionalidad/provincia que hablen con linda tonada y ejecutarlo.

Córdoba es un punto común. Atención: hay que estudiarse bien la tonada y los modismos.
Puede resultar simpático, pero ni bien la mina se de cuenta que no sos cordobés anula todo lo bello del chamuyo. Tal vez te la ganes pero, ¿Dónde está la calidad? Vas y le entrás por ahí, diciendo cualquier cosa.

Si estas en Buenos Aires pega mucho el “Qué linda porteñita, che!” (culeao esta permitido también).
Al cuarto o quinto intento, alguna mina se va a interesar por conocerte.
Mantené la tonada hasta que logres conquistarla. Nunca pierdas la gracia que tienen los provincianos.
Con respecto a la nacionalidad, hacerse el extranjero es peligroso. Venezolano, Colombiano, y hasta Brasilero, está permitido y hasta recomendado.
Pero no entres en Italiano o Francés, salvo que la tengas muy clara con el idioma.
Tampoco te hagás el alemán porque vas muerto. Tirale algo de sangre caliente, que después de todo es lo que andan buscando.
Calificación: el príncipe de los chamuyos.
Bien hecho, es casi una fija.

El Boludeador (0,5%) Requisitos:
Estar medio al pedo y haber rebotado ya muchas veces. Este no necesita introducciones baratas. Es muy discutido si se trata de un chamuyo o de... bueno, de otra cosa que no es un chamuyo. Pero bueno, primero la diversión. Estas al pedo y queres tirar tu último tirito.
Probaste todos los que conocías y no te funcionó ninguno. Te entiendo. Acá lo único que tenés que hacer es entrarle a una mina, y mientras hablás, boludearle alevosamente, como hacen ellas cuando no les interesás.

Ejemplos:
"Estoy formando una banda y necesitamos un baterista, te copás?"
”Mi nombre? Hércules.” "El jueves hay partido, andamos buscando un 5 tapón... Como te ves?" “La barba? No, estoy en segundo año de la secundaria, pasa que repetí nueve veces cuarto grado...”.
Y otras necedades pubertiles. Es casi imposible, pero tal vez a alguna le excite que la boludees. Por las dudas tiralo.

Calificación: Poco serio. Barato, borracho.
Prácticamente imposible.