Nuestro sueño depende, básicamente, de la cantidad de melatonina que haya en nuestro organismo. La melatonina es una hormona que segrega el cuerpo y de esto depende, en gran medida, que disfrutemos de un sueño reparador o de un insomnio desesperante.En las últimas décadas se aceleraron las investigaciones en torno a esta sustancia, principalmente a partir de la observación científica de los ciclos de sueño de algunos mamíferos. Investigadores del Brigham and Women’s Hospital de Boston Estados Unidos y de la Universidad de Monash en Australia experimentaron un tratamiento con tasimelteon, sustancia equivalente a la melatonina, que se demostró eficaz a la hora de cambiar el reloj interno del ser humano y así evitar el insomnio transitorio producido por los turnos nocturnos de trabajo.
Esta sustancia ayudó a dormir mejor y a cambiar los ciclos circadianos (oscilaciones de variables biológicas en intervalos regulares de tiempo) de los pacientes tratados.
Los desórdenes del ritmo circadiano son la causa más común del insomnio y afectan a millones de personas, sobre todo las que trabajan de noche o cruzan varias franjas horarias cuando viajan en avión. Estos desórdenes se caracterizan por alteraciones persistentes y recurrentes del sueño, dificultad para quedarse dormido y excesiva somnolencia cuando se está despierto.
Pero existen muchas personas reacias a los medicamentos y prefieren recurrir a sustancias naturales para alcanzar el sueño. Por ese motivo, el doctor Eduard Estivill, director de la Unidad de Alteraciones del Sueño del Hospital General de Cataluña, en España, recomienda un buen vaso de leche antes de irse a la cama al tiempo que alerta del peligro de insomnio a las mujeres si deciden tener relaciones sexuales en ese momento.
Un estudio sobre los hábitos del sueño que realizó Estivill concluyó que el sexo es positivo para el hombre antes de dormir porque, después de alcanzar el orgasmo, se acelera en aquél el proceso de descanso, mientras que la mujer permanece más tiempo estimulada y llega más tarde a la relajación.
En cambio la leche es buena antes de ir a lacama porque contiene un aminoácido que ayuda al cerebro a segregar la cantidad necesaria de melatonina para lograr el ansiado sueño.
Aparte de lo poco recomendables que puedan resultar las relaciones sexuales para las mujeres según el informe, el insomnio crónico es una de las patologías que tiene mayor prevalencia en las mujeres a causa del ciclo menstrual, el embarazo, la maternidad y la menopausia.
Al margen de las patologías, cuando hombre y mujer logran sumirse en el descanso reparador, la mejor forma de despertarse llega después de haber pasado del sueño profundo al superficial y la luz ayuda a ello, ya que con ella la melatonina desaparece, hasta el punto de que se empezaron a fabricar “despertadores de luz”.
Los besos y las caricias también ayudan en esta transición y, de acuerdo con el informe presentado por Estivill, argentinos, brasileños y españoles son los que más se despiertan con esos dulces estímulos, mientras que solo dos de cada diez japoneses tienen ese hábito.
El estrés y el ansia por dormir favorecen al insomnio. Antes de recostarse para dormir hay que saber preparar el sueño. Ver la televisión, darse un baño, tomar un vaso de leche o tener relaciones sexuales (sólo para el hombre) pueden ayudar.
Nota: Susana Montesemolo
